Estoy
enmedio de ninguna parte, en el coche de ese alguien de Manchester al que miré
con desconfianza, a través de la ventana borrosa de niebla y legañas de la cocina
del hostal, hace apenas dos horas… No sé dónde nos dirigimos. Ni
siquiera sé dónde estamos. Intuyo que vamos rumbo a ninguna parte.. Deambulamos
en algun lado de Gloucestershire, perdidos en la niebla y la llovizna de media tarde.
El es
como el conejo de Alicia en el País de las Maravillas. Corre a toda prisa. Nervioso, cortés pero con la prisa siempre envolviéndolo todo: a él , su voz,
la mía, sus diálogos, monólogos y a mí. Yo soy Alicia, distraída, depistada, y
confiada. Me entretengo con absolutamente todo lo que nos rodea. En un camino derruido, encharcado escurridizo y sin salida, detiene su coche y me echa de él corriendo y me pide que pida auxilio. Pero
si soy yo quien he de pedir
auxilio… “Socorro!!! Estoy con, no
recuerdo su nombre.. en medio de ... no sé dónde.. en el camino y entrada
de tampoco se de quién ni que…”
La
cancela del jardín donde se aparca está
cerrada. Entro entonces a pie por la entrada principal… sin rejas. Un grupo
de unos treinta abrigos de tweed colapsa la puerta de la entrada. Allí, un
viejo de nadie, me mira y sonríe, y tras él, una mujer de los años cincuenta me sonríe con desconfianza, y con una enorme
sonrisa. Me preguntan y me contestan que quien soy y dónde voy y
vengo.
El
traje de los cincuenta me acompaña y con él la mujer que me mira ahora con bondad y hasta ternura.
Me pide por favor, exigiéndome, que le
acompañe a la puerta principal. Me lleva entonces a la verja, tal y como
sospeché que haría.
Salimos
al carril y allí ya no hay nadie. Tan sólo un monton de lagartos que se
cuelan alegremente en el country house. Entro, al otro lado de la cancela y
allí una mujer tímida de pelo de plata quemada, en voz baja, me grita qué hago allí.
-
“Eso quisiera saber yo” Le
digo.
Su
sonrisa se rie junto a
la mía y la de la mujer escuálida de los años cincuenta.
-
“Un señor…”, les
digo..
-
“ Amigo suyo” Contesta.
-
”No. bueno… sí.. “ le explico.
-
“En qué quedamos?” Me dice, pacientemente, con toda la
impaciencia del mundo.
-
Sigo intentando explicarle…“
Si, amigo mío… hasta hace un momento así lo creía… claro.”
-
Extranada me dice: “Cómo?”
-
Le contesto rápidamente: “Sí,
un señor.. me ha pedido que pida
auxilio y que me abran la puerta…
-
Sigue extrañada y me dice:
“Cómo? Si usted esta ya dentro.. No la
entiendo. Y ese señor donde está.. cómo
se llama?”
-
Me encojo de hombros y le
contesto: “Yo.. no sé.. no lo
recuerdo…Jjjj!!
-
“ Su cara de asombro se acentúa
cada segundo que transcurre y me dice: “Me está tomando usted el pelo?”
-
Mirándole a los ojos fijamente, muy seria, le respondo:
“No. No"
Muy seria sin
dejar de sonreírme, me pregunta que
dónde está ese amigo mío.. el tal Jjjj. y que quería de allí, de ellos: que
aquella era una casa particular, una
casa privada.. Intento explicarle:
-
“ Jjjj.. venía por una mesa.. una mesa francesa, antigua.”
-
Me replica sin dejarme acabar
la frase: “De nuevo??? Pero ésto es una casa, no un casino, le repito
Le miro
más fijamente, aun con la mirada perdida, y le digo:
-
“Ya lo sé...”
Me mira
ahora ella a mí, muy fijamente y, evadiendo mi mirada, me dice:“Entonces?? “
- Sin
parpadear apenas, le explico: “ Una mesa
antigua le digo.”
-
Impaciente me replica:
“ Si..
y?? “
-
Más impaciente aun, le
respondo: “ Pues no sé, éso... que antes de la 1 sabría, si era suya o no.”
-
Me sonríe con la mejor de las
sonrisas sarcásticas que jamás haya visto y me dice: “ Pero.. my dear.. ésto no es una casa de
subastas.. Qué dirección le dijo? Dígame. “
Mi voz, ahora temblorosa e insegura disminuye
su volumen a cada palabra que sale de mi boca , cada sílaba y le digo:
-
“ No… él…
-
“ Su sonrisa sarcástica se
acentúa cada vez mas y me dice: “ El que? Sí? “
- “ El me trajo... “ le explico, mientras ella no deja de sonreírme riéndose de mí.. “ Ah, sí? Y después se marchó?” “
-
Ahora soy yo quien sonríe sarcásticamente, y le digo:
“Así es."
- Sonríe conmigo y me
dice: “ My dear, creo que le acaban de timar.”
- Soltando una carcajada descontrolada, impulsiva y perezosa exclamo: “Cómo?! “
-
Ella, la mujer del pelo de
plata quemada, me sonríe sutilmente ahora,
me pregunta: “Sí… Do you want a
cup of tea? Dónde vive?”
-
Entre risas descontroladas le
contesto: “ En España”
-
Confundida denuevo me dice: “ España?
pero no es usted francesa?”
-
Vuelvo a sonreír apocadamente
y le respondo: “No,
la mesa es francesa.”
- Su rostro se vuelve a llenar de confusión y asombro y exclama: “Qué mesa?.”
- Y casi llorando, pero no de risa, le dije que sí, que me habían timado.. que no tenía nada, ni un pound… nada. “ Y ahora? “ le pregunto inquieta…
-
“ Bueno.. el té es gratis… “
-
Vuelvo a sonreírle y denuevo
sin pestañear le digo: “ Lo sé.” Me mira entonces perpleja, llena de
asombro jubilo exclama: “ Cómo que lo sabe?”
-
“ Me lo imagino.” Le replico.
Me voy
con ella y veo de reojo el traje de
los cincuenta caminando hacia la puerta
principal, que no es mas que una puerta lateral, pequeña y bastante secundaria,. Hay
un hombre flaco que también camina hacia ella y lo hace colándosenos…
despacio..
- “Es ese su amigo?” me pregunta la mujer del pelo plata.
- “
Cómo dice?”, le pregunto.
- “ Es
ese Jjjj el francés?” insiste
impaciente.
- “Francés?”
le pregunto extrañada.
- “Ah
no… que es usted la francesa” me dice.
“Spanish.” Replico
Y mi
amigo Jjjj me sonríe y me coge del brazo y me lleva con él… y el traje rojo escarlata.
-
“ Ahora soy yo quien tiene prisa”,
le digo.
-
“.Quién es usted?” le pregunto a mi amigo.
- “John.” Me contesta. “Ya.. y yo!!!”
( le digo en español)
- “Usted?” Me pregunta confundido.
- “ Sí, yo. “ más confundido aun me pregunta: “Usted también se llama John?”
-
“Yo soy Ana. Y la mesa, que
pasa con la mesa?” le pregunto deprisa
sin rodeos.
-
“ Cómo?” exclama. “Dicen que
aquí no está “ le digo impaciente.“ Lo
sé” responde él…
-
“Cómo?!!! Y su coche? “ le pregunto violentamente apresurando su
respuesta lenta y distraída.. “ Con la
mesa. Es broma. La mesa… le explico, la
perdí. “
- Me dice. “Pero la tuvo?” le pregunto.
-
“ No pero casi.” Me responde
lentamente. “
-
Ya…” le contesto…
-
“ La tuve por unos instantes pero la perdí…perdí la subasta al final.”
-
Me explica deprisa.“ Pero si
aquí me dice que no está. “ replico. “
Es que la subasta aquí no es”.
-
Todavía más confundida aun, y
empujada por un áspero abrigo de tweed,
me escurro tras la pequeña puerta secundaria principal. “Vaya, me temo que ha entendido mal a su
amigo, my dear.” Oigo detrás mía.
-
La señora de pelo blanco
susurra a mi oído. “ Cómo?! Es que todos se han puesto de acuerdo? Pero
usted quién es?” exclamo.
-
“ Y usted? John y tu de qué os
conocéis? Y tu traje de los cincuenta , de dónde lo has sacado? “ les pregunto
.
-
La mujer de los cincuenta me dice: “ Ebay! Lovely. Isn’t it?”
-
“ Sí que lo es. Indeed“ le
digo.
-
Puedes conseguir los que quieras. En Ebay… acuérdate. I love them!!!!. Busca ropa de los cincuenta en search y allí
los encontrarás“ Dirige su mirada
atenta hacia mí, mientras me sonríe.
-
“ Los cincuenta, pero si
vivimos es el año 32…” le replico.
-
“Lo sé” me dice ella.
Me gusta como escribes. Me he deleitado con tu texto
ResponderEliminartiene sabor policial
un abrazo grande