Esta delicada pintura rebosante de
ternura, fue pintada por Sorolla para conmemorar el nacimiento de su hija
pequeña, Elena. Desde
siempre, ha sido uno de los cuadros favoritos de mi amiga Erika. Un día me pidió
que lo adaptara a una fotografía de ella con su niña recién nacida. Desnudé las paredes y vestí la cama, a Erika y a Sofía de blanco...
Increible....
ResponderEliminarUna belleza!! lograste replicar la serenidad e intimidad de madre e hijo.
ResponderEliminarbesos!
Precioso el Sorolla
ResponderEliminarY preciosa la foto .
Más todavía .
precioso!
ResponderEliminarohhhhhhh me encanta
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