Un francés con acento chileno, humor inglés y desparpajo latino. Un señor encantador de ojos pequeñitos y chispeantes y mejillas sonrojadas. Sus manos enormes, en ningun moment, dejaban de abrazar a su mujer, menuda de cuerpo y palabras. Compartimos beef patties, anécdotas y risas en un restaurante del puerto, de paredes encaladas y una alacena verde menta. Mi felicidad era plena, simple, sencilla y bella.
ojala sigas asi siempre bella y feliz
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