Esta gitanita corre dichosa por una calle empedrada. Rebosa tanta vida. En otras latitudes, un niño solo en la calle estremece, porque se adivina la miseria de sus pasos y su futuro incierto. Es España, y muy especialmente en la Andalucía de los setenta y ochenta, los niños en la calle juegan a estar solos, hasta que casi anochece, al abrigo de una luz que sólo existe aquí.
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